martes, 26 de junio de 2012

Odiado, odiado San Valentin.


Titulo: Odiado, odiado San Valentín.
Disclaimer: Los personajes no son míos, pertenecen a Akira Amano, yo sólo hago esto por diversión, no me dan money por escribir —lamentablemente—.
Parejas/Personajes: Lampo, Daemon y G.
Advertencias: Intento fail de comedia (?), palabras malsonantes, muchas maldiciones, intento de conseguir que Lampo sea Lampo (?).
Resumen: Para desgracia de Lampo, Daemon estaba loco, chiflado y todos sus sinónimos.

—¿¡Estás loco!? —la expresión de horror de Lampo era indescriptible. ¿Realmente Daemon le estaba pidiendo eso? Ese bastardo tenía un humor retorcido, muy retorcido así como una obsesión insana por el dinero. ¡Tampoco había gastado tanto! Solo había comprado un par de cositas sin importancia… un par de trajes, unos relojes nuevos, una pulsera y un collar de oro, regalos para el resto de la familia… ¡nada importante ni excesivamente caro! ¿Por qué el guardián de la niebla tenía que ser tan pesetero?

—¿Entonces no lo vas a hacer? —la sonrisa diabólica de Daemon le auguraba un castigo nada agradable si no aceptaba la propuesta ofrecida. Lampo gimió frustrado al ver que no tenía más escapatoria y que prácticamente estaba obligado a aceptar aquello si no quería sufrir algo mucho peor. Maldijo con todas sus fuerzas al cabrón de Spade y finalmente asintió, tenso—. ¡Excelente! Sabía que llegaríamos a un acuerdo tú y yo. Te prometo que no te arrepentirás de tu decisión. Oh, y antes de que se me olvide. Tienes que hacerlo en San Valentín, nfufufu.

¿Qué no se arrepentiría? ¡Já! ¡¡Ya se estaba arrepintiendo!! Si la furia de Daemon era terrible no quería imaginarse la del guardián de la tormenta. Suspiró pesadamente y se revolvió el cabello. Aún quedaba el pequeño detalle de cómo cumplir la petición de la niebla. Estaba amaneciendo ya, había llegado el temido día y era probable que en cuanto saliera de la habitación la presencia de Spade le acosará como un depredador a su presa. Si al menos Archery no fuera tan popular con las féminas… Toda su hombría se iba a ir al garete ese día.

Con lo que él había sido… Bien podía hacerlo como una pequeña “venganza” contra el pelirrojo por robarle protagonismo. ¡Él se merecía más esos chocolates, esas miradas soñadoras, esos suspiros de quinceañera enamorada! Era guapo, atractivo, inteligente, sexy y estaba soltero. Archery a veces parecía un amargado casado con su trabajo. ¿Por qué narices era tan popular? Suspiró, más frustrado que antes y se levantó de la cama. No era momento para ponerse a pensar en esas cosas. Tenía que elaborar un plan para realizar el trato y otro para escapar de la furibunda tormenta. Pero lo primero era lo primero.

La rutina de aquel día era siempre la misma año tras año. Archery se levantaba y era acosado por el cincuenta por ciento de las mujeres que formaban parte de Vongola para que aceptase los chocolates que le habían preparado mientras él se moría de envidia en una esquina. Vale, no, mejor omitir ese detalle a su conciencia. Una vez conseguía librarse durante toda la mañana de ellas otro porcentaje bastante alto de chicas se presentaban ante él durante la comida y se repetía la misma situación que durante la mañana. Y por último, todo el proceso se repetía, de nuevo, durante la cena. Eso quería decir que tenía tres intentos para lograr su cometido. Tres, ni uno más, ni uno menos. 

Y haciendo cálculos mentales o se iba ya corriendo hacía el cuarto de G o iba a perder el primero. Aunque dado que aquel era el momento en el que más chicas había… no terminaba de ver claro si era el momento más idóneo para hacerlo. Por otro lado, quería librarse de aquello cuanto antes así que al menos iba a intentarlo. Se vistió rápido, poniéndose lo primero que había encontrado del armario (aunque daba igual, él siempre estaba atractivo incluso cuando estaba embutido en una bolsa de patatas gigantes, por supuesto) y corrió como alma que lleva el diablo por los pasillos. Pronto los cuchicheos de inconfundibles voces femeninas hicieron eco en su cabeza.

—“Maldito suertudo… no te quedes calvo algún día” —pensó para si. No es que fuera un pensamiento que realmente considerase pero en esos momentos estaba demasiado celoso para tener en cuenta la profunda amistad que tenía con todos los miembros de la familia. Bueno, no, con todos no, a Daemon quería ahorcarle. Siempre.

—¡G-sama! ¡Por favor, acepte este chocolate! —ese fue el primer gritó que escuchó, seguido de veinte parecidos al salir el pelirrojo de su cuarto. Mucho G, mucho sama, mucho dono. De no haberse puesto una camisa nueva seguramente ahora estaría mordiéndola de frustración al ver que ese imbécil rechazaba unos chocolates tan suculentos, hechos con todo el mimo que las manos de una enamorada podían preparar. ¿¡Cómo podía ser tan desalmado!? Para su desgracia, el haberse distraído con los celos y la envidia le dieron el tiempo suficiente a la tormenta para escabullirse, dejando a Lampo sólo ante un montón de desilusionadas jovencitas. Las hubiera consolado de no ser porque se estaba acordando de todos sus difuntos en ese mismo instante. ¡Había desaprovechado la ocasión perfecta!

—Primer intento: Fracaso. Te quedan dos, [i]nfufufu[/i] —la risa de Daemon le provocó un escalofrió por toda la espina dorsal. Bueno, al menos no tenía que ir a levantar a Spade para asegurarse de que no ponía en peligro su pellejo ante todo el sector femenino de Vongola y Archery para nada. Suspiró por enésima vez en aquel día. Estaba empezando a convertirse todo aquel lío en algo personal. ¡Aquello no iba a quedar así! Pero no podía dedicarse a seguir perdiendo el tiempo, tenía que encontrar al pelirrojo y zanjar de una vez por todas el asunto. No tenía que ser muy difícil dar con él, ¿verdad? Sólo había que pensar como lo haría el guardián de la tormenta, dónde se escondería de estar siendo acosado por una masa de fans histéricas y chillonas. Quizá no sería tan fácil como creía…

Tres horas después…

¡Vale! Definitivamente NO iba a ser fácil encontrar al pelirrojo. Se dejó caer pesadamente en el suelo y se apoyó en la pared, medio muerto. Estaba agotado, había ido de un lado a otro sin parar, pasando por donde estaban las chicas que buscaban a G, yendo en dirección contraria adonde ellas iban y no había visto ningún rastro del perseguido. ¡Parecía un maldito fantasma! ¿¡Cómo podía alguien desaparecer sin dejar rastro!? No tenía ningún sentido. Golpeó levemente su nuca contra la pared y maldijo a todos los ascendentes del pelirrojo. ¡Y encima ya se estaba acercando la hora de comer! Masculló un improperio y se levantó del suelo, caminando desganado hasta el comedor.

Para no variar, cuanto más cerca estaba del lugar, más cuchicheos de voces féminas escuchaba. ¿Por qué las mujeres tenían esa incomprensible fascinación hacía el tipo que más pasaba de ellas? Vale, no estaba las veinticuatro horas del día pegado al culo de G, así que tampoco estaba seguro de si había tenido alguna amante o alguna novia o algo de eso pero aún así, todos los años había rechazado todos los chocolates que le daban, ¿por qué se creían que ese año iba a ser diferente? Se sentó en una silla y estampó su frente en la mesa, miró el reloj y vio que aún faltaban unos minutos para que la avalancha de gente entrase en el comedor, es más, ya podía oír sus pasos resonar por los pasillos.

Un momento… si lo pensaba detenidamente… en el comedor no sólo había mujeres. También estaba el resto de la familia, hombres, los demás guardianes. Se quedó pálido ante la idea de que Giotto y los demás contemplaran la escena que tenía que representar. No, no, no y no. ¡Se negaba a humillarse delante del resto de guardianes! ¡Él tenía una reputación que mantener! ¿Qué clase de idea equivocada se harían de él si hacía aquello? Se revolvió el cabello, cada vez más nervioso, cada vez más inquieto.

Nfufufu, Lampo, que sorpresa verte tan pronto por aquí, dime, ¿qué tal la mañana? ¿Ha sido productiva? —el mencionado abrió la boca de par en par al ver a Spade sentarse frente a él, con su característica sonrisa esculpida en el rostro. Mierda. Ahora si que tenía que intentarlo al menos. Tragó saliva duramente y miró el reloj. El tiempo pasaba demasiado lento para su gusto, sin embargo, sólo hizo falta un segundo para que todo diera un cambio radical.

G había entrado en la sala y el resto de guardianes con él, lo que implicaba una avalancha de mujeres que no sólo estaban coladitas por los huesos del pelirrojo hicieran acto de presencia—. Joder —masculló bajito el guardián del rayo. Ahora si que le iba a ser una misión imposible, a pesar de eso, se levantó de la silla y avanzó hacia sus compañeros, tratando de alcanzar al pelirrojo y apartando a alguna que otra mujer—. Disculpen, ¿pueden dejar… —el impacto de un codo contra su nariz fue el primer signo inequívoco de que debía salir de allí. Lo ignoró. Trató de seguir avanzando pero esa vez, fue empujado y sin poder evitarlo, cayó de bruces al suelo. Sin duda, debió haber reconocido aquello como un segundo signo. También lo ignoró. Cuando por fin vislumbró lo que creyó que era el pantalón de G se le iluminó el rostro y se aferró con fuerza a su pierna.

Le temblaba todo el cuerpo y tenía la mente embotada así como mareada por los golpes, codazos y demás pero ya que había llegado tan lejos… ¿de verdad iba a rendirse? Sólo eran unas palabras, unas palabrejas de nada. Se relamió los labios al sentirlos resecos por el nerviosismo y cerró los ojos con fuerza para finalmente abrir su boca—. ¡¡Dejadle en paz!! ¡¡Es mío, soy su novio!! ¡¡Soy yo quien le hace arrumacos por las noches y se lo va a hacer salvajemente esta noche!! —gritó con todo el aire que contenían sus pulmones, quedándose de esa manera más mareado si era posible. Un silencio sepulcral inundó la sala y tras un escaso minuto, mostró sus ojos verdes al mundo. Entonces se dio cuenta y si antes había estado pálido ahora era el vivo retrato de un fantasma.

Alaude, se había aferrado a la pierna de Alaude, había gritado a los cuatro vientos que Alaude era suyo, que eran novios, que se lo iba a hacer salvajemente aquella noche.

Empezó a rezar todas las oraciones que conocía en cuanto un aura oscura pareció envolver el cuerpo del guardián de la nube. No había manera de que pudiera calmar el ansia asesina del rubio. ¡Todo aquello era culpa de G! ¡¡Y sobre todo de Daemon!! Sólo le quedaba huir pero la pregunta era, ¿cómo?

Entonces le vio, a escasos centímetros de distancia. Archery, en parte responsable de todo aquel embrollo. ¡Si ese tonto hubiera estado en el lugar de Alaude ahora no estaría pasando la peor angustia de su vida! ¡Y encima iba a tener que trabajar para Daemon! ¡¡Para Daemon!! Soltó lentamente la pierna del rubio y como si de una anaconda se trata se abrazó con fuerza al cuerpo del pelirrojo—. Si yo caigo tu caerás conmigo —murmuró el rayo con una expresión algo ida en el rostro, la viva imagen de la locura. No escuchó bien el grito de la tormenta, ni la explosión de furia de la nube y pronto se encontró siendo llevado por Archery, el cual estaba tratando de librarse del abrazo mortal que mantenía sobre su cuerpo, mientras corrían huyendo del temible guardián de la nube.

Era un hecho, detestaba a Daemon, detestaba ese maldito día y en ese mismo instante lo que más quería era revivir al bastardo de Valentín para volver a matarlo.

Fin.

viernes, 1 de junio de 2012

Silent Mirror.


Título: Silent Mirror.

Disclaimer: D. Gray man no me pertenece, lo hace a Katsura Hoshino. Yo hago esto sin fines de lucro y con la intención de bla, bla, bla…

Personajes/Parejas: Allen, Link, Neah.

Advertencias: Un poco de sangre, realmente solo mención. Muerte de un personaje (es el decimocuarto si no mata no es él). Spoilers de hechos pasados después del anime y referentes a los hechos acontecidos después del capítulo 167 del manga. Y sin más que decir, espero que les guste el fic.

Resumen: Saliste de aquella habitación blanca con un mal presentimiento y el pecho sobrecogido. Tenías la sensación de que algo malo iba a pasar y quizás... no ibas tan mal desencaminado.

NdA (Escrito el 10-05-09): Y como dice un sabio proverbio de mi cosecha: Curso nuevo, fic nuevo. Creo que la inspiración y el instituto van unidos de la mano (cosa mala para mí pero bueno… que se le va a hacer, la musa trabaja cuando le da la gana). La primera vez que escribo 1000 palabras justas incluyendo el título *se siente realizada (¿?)*


Otra vez. Estabas de nuevo allí, en aquella habitación blanca. Lo sabías, sabías que él estaba ganando terreno. Día a día sentías como poco a poco se iba apoderando de ti. Hacías lo posible para detenerlo ¡Ese cuerpo era tuyo! ¡Él no tenía ningún derecho sobre él! Muchas veces deseaste gritar por la frustración tan inmensa que se había instalado en tu pecho, pero no lo hiciste. No gritaste, no chillaste. Solo te quedabas inmóvil, delante de aquella ventana.

Contemplabas tu reflejo, no… Contemplabas su reflejo. Ese que te erizaba la piel, que anhelabas que desapareciese. ¿Aquello era lo que Mana veía cada vez que te miraba? Esa pregunta resonaba en tu mente una y otra vez. Te convenciste de que no era así, de que su cariño solo estaba dirigido a ti, a Allen Walker y no al músico, al decimocuarto.

Mentiras piadosas con las que tratabas de darte algo de falsa esperanza. Porque en el fondo ya lo sabías, una parte de ti te lo gritaba constantemente pero decidiste ignorarla. Eran mejores las mentiras ¿No, Allen? Porque si aceptabas la verdad… ¿Qué sentido tendría todo lo que habías hecho, todo el camino que habías recorrido, el camino que habías escogido? Te encerraste en tu cabezonería sin atender a tu razón. Decías que todo aquello era por los akumas, porque ellos sufrían.

Y por ello no te diste cuenta, no te diste cuenta de que aquella determinación que parecías poseer se iba quebrando poco a poco. Aquella determinación que le mostraste a Cross antes de que este desapareciese dejando tras de sí solamente una enorme mancha de sangre. Todo se estaba quebrando en tu interior pero una vez más decidiste ignorarlo.

Craso error*, Allen. Ya que, mientras tu voluntad se iba rompiendo, la del catorceavo se hacía cada vez más fuerte. ¿Acaso el odio y el rencor podían menguar estando encerrado, siendo incapaz de realizar aquello que tanto ansiaba? Su deseo de venganza se hacía cada vez más fuerte mientras que tu mente y corazón se llenaban de dudas y preguntas sin respuesta.

Los suspiros de cansancio se habían hecho un hábito para ti. Saliste de aquella habitación blanca con un mal presentimiento y el pecho sobrecogido. Tenías la sensación de que algo malo iba a pasar por lo que te dirigiste con paso rápido hacía tu habitación. Extrañamente Link no había aparecido en todo el día a pesar de que se suponía que debía vigilarte.

Ni siquiera reparaste en ello en ese momento. Detuviste tus pasos a medio camino de tu habitación y comenzaste a andar hacía el cuarto del baño con pasos lentos, ligeros. En cuanto llegaste a aquel lugar cerraste la puerta con cuidado y te miraste en el espejo. Se había convertido en tu mayor obsesión, aunque cuando estabas con los demás ni le echabas un vistazo. Todo por las apariencias.

Te acercaste con cuidado, casi con temor. Alargaste tu mano hasta tocar la fría superficie viendo como la figura del espejo hacía lo mismo. Aquello resultaba tan extraño… Te volviste a adentrar en tus pensamientos, sin darte cuenta de que otra persona había entrado al lugar.

Separaste tu mano del espejo y te giraste lentamente viendo a la persona que también estaba allí: Howard Link. Te miraba desde la puerta del baño con su habitual ceño fruncido. Viste como abría la boca y supusiste que iba a decirte algo acerca del trabajo que aun tenías pendiente. No lo escuchaste. Tu cabeza comenzó a dolerte de repente y tuviste que apoyarte en el lavabo. Cerraste los ojos con fuerza y todo se volvió oscuro…

Cuando el dolor se hubo pasado abriste los ojos de nuevo pero algo había cambiado. Estabas mirando el espejo, tu reflejo había cambiado. Sentiste como el pánico te invadía mientras mirabas la sangre que cubría tus manos y manchaba tu rostro, pero aquello no fue lo que más te llamo la atención. La cicatriz que tenías en el lado izquierdo de tu cara, la que siempre que mirabas tu reflejo veías en el lado derecho… ahora la veías en la izquierda.

Era como si ahora fueses tú el que se encontraba dentro del espejo y eso no era posible ¿O aquella era otra más de las mentiras que querías creer? Un gesto de incredulidad se dibujó en tu rostro al ver como tu reflejo te sonreía y se llevaba el dedo índice a los labios como pidiéndote que guardases silencio. Y entonces reparaste en otro detalle más. Tus orbes usualmente del color de la plata ahora eran tan dorados como los rayos del sol…

Sentiste como la verdad caía sobre ti como un balde de agua fría. Giraste tu rostro rezando para que tu reflejo hiciese lo mismo pero no lo hizo… Miraste el suelo mientras sentías como la frustración te invadía pero… lo que viste hizo que la sangre se te congelase. El inspector… Link yacía sobre el suelo con el torso cubierto de sangre. Volviste a mirar a tu reflejo y este te devolvió la mirada mientras la sonrisa que no abandonaba su rostro se ensanchaba.

Acercó sus dedos manchados de sangre al espejo y comenzó a escribir sobre él con la sangre del rubio inspector. Colocando las letras al revés de modo que pudieras entenderlas.

"Disfruta tu asiento de primera fila, mocoso. Y recuerda: Cuando comienza la obra los espectadores guardan silencio"

En aquel momento tu cerebro por fin pareció conectar todo lo que había ocurrido. Viste la mueca burlona que te dirigió el músico y tuviste ganas de salir de allí para romperle la cara. A pesar de que aquel fuese tu cuerpo y no el de ese idiota. Aprestaste los puños con rabia e impotencia, ahora estabas condenado a observar como ese ser destruía a aquellos a los que querías sin poder hacer nada...

¡No! ¡No podías rendirte! Habías prometido que lucharías, sin embargo… Volviste a mirar el cuerpo inerte de Link. Habías fallado. Quisiste gritar, lo hiciste. Fue inútil… Ahora nadie podía escucharte.

***
*Grave error.

Puff… termine este one-shot el mismo día que lo empecé, todo un record en mi. Espero que os haya gustado, tenía desde hace tiempo la idea del despertar del catorceavo rondando mi mente. Y esta es la primera vez que uso la segunda persona para narrar y mi primer "centric", espero que me haya quedado bien. La verdad es que tenía serias dudas pero al final ha quedado como quería.

Se agradecen reviews, criticas, tomates y ensaladas. Todo lo demás... también~~~

Nos leemos.