Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! no me pertenece, ni sus personajes tampoco, son de Akira Amano yo hago esto sin animo de lucro, bla, bla, bla.
Personajes/Parejas: TYL!8059 (YamaGoku).
Advertencias: POV de Yamamoto y como el mamón es difícil de descifrar quizá algo de OoC -espero que no...-, en capítulos siguientes puede que ponga más advertencias. Tragedia.
Resumen: Después de diez años guardando todo lo que lleva dentro, Yamamoto Takeshi decide desahogarse de una forma muy común. Escribiendo cartas.
Música: Aqua Timez.
Séptima Carta: Pereza.
(Manchas de sangre, papel arrugado, letra temblorosa).
Hayato:
No tengo mucho tiempo y empiezo a sentirme demasiado cansado por la pérdida de sangre. Está misión que aparentaba ser rutinaria ha acabado siendo una trampa. No se cuantos hombres son pero teniendo en cuenta que sólo estamos Mukuro y yo aquí es poco probable que salgamos con vida. Lo siguiente que te voy a contar no tiene nada que ver contigo pero como sé que Rokudo es en el fondo un cotilla y que en cuanto vea tu nombre la va a empezar a leer te escribo a ti para pedirle un favor a él.
¿Por qué a él? Porque el conoce mi secreto, porque sé que él va a sobrevivir. Mala hierba nunca muere, ¿recuerdas? Será mejor que deje de enrollarme, no me queda mucho tiempo ya. Oigo las pisadas de los hombres de ese cabrón demasiado cerca y no sé si podré sobrevivir con las heridas que tengo. Necesito que quemes mis cartas, Mukuro, está es la séptima y hay seis más, que Hayato, no vas a ver.
Escribirle a dos personas es más complicado, ja, ja… yo (lo que sigue se encuentra borrado por la sangre).
Ah, sí, mis cartas… mis cartas se encuentran en mi cuarto, ¿menuda novedad, eh? La caja es sencilla, parece una simple caja de zapatos viejos, me refiero al lugar donde están escondidas. Tirad la caja, quemadla, entierradla conmigo si queréis pero no se os ocurra leerlas. Volveré del infierno si es necesario para (nuevos borrones de sangre), Mukuro.
Hayato. A pesar de todo, no me arrepiento de haberte querido, mi muerte ya va a ser de por si patética para que encima le añadiésemos el agravante de morir sin ni siquiera haber experimentado lo que es estar enamorado. Cuando mi vida solo era el béisbol acabe pensando que eso pasaría muchas veces. ¿Puedo pedirte un favor, Hayato?
Vive. Y asegúrate de ser feliz. No se te ocurra aparecerte por el infierno demasiado pronto. Adiós.
Te ama,
Yamamoto Takeshi.